El título de nuestro artículo de esta semana está compuesto por tres preguntas, preguntas a las que trataremos de dar respuesta a lo largo de este post. Sigue leyendo, sobre si todo tienes un negocio propio, ya que esta información te resultará especialmente útil.
Cuando somos nosotros mismos los que llevamos la contabilidad de nuestra propia empresa, algo que tiene sus riesgos tal y como hemos visto en anteriores entradas de este blog, es fácil que cometamos diversos errores, por ejemplo, al emitir nuestras facturas.
La buena noticia es que, en este caso, el error cometido tiene una posible solución ya que cabe la rectificación de la factura emitida y a esta nueva factura emitida es a la que se le suele denominar como “factura rectificativa”. Sencillo hasta ahora, ¿verdad?
Hacienda nos permite arreglar nuestras facturas erróneas
En España, la Agencia Tributaria permite al contribuyente, y de manera legal, la emisión de una factura rectificativa cada vez que éste sea consciente de haber cometido un error en una de sus facturas. Eso sí, la forma de emitir este tipo de facturas va a sujeta a una serie de reglas que explicaremos más adelante.
Estemos hablando de fallos de facturación de empresas o de trabajadores autónomos, es muy importante que se solventen mediante la emisión de la correspondiente factura rectificativa. Esta factura debe realizarse con mucho cuidado y atención ya que, en caso de equivocarnos de nuevo, podríamos atraer la atención de Hacienda y terminar en su “punto de mira”.
En ese sentido, es esencial que la rectificación de la factura errónea se produzca lo antes posible, tan pronto como se detecte el error en la factura. Cabe decir que hay una fecha límite para emitir la correspondiente factura rectificativa y poder arreglar el error de facturación. No obstante, por suerte hablamos de un periodo de cuatro años desde que se tributaron los diferentes impuestos implicados en la factura afectada.
Excepciones en los que no es obligatorio emitir una factura rectificativa
Hay determinadas excepciones en las que no es necesario emitir una factura rectificativa a pesar de haber cometido errores de facturación. Por ejemplo, si hablamos de facturas que no cumplan unas normas básicas de facturación o si se producen una serie de circunstancias que hacen necesaria una modificación en la base imponible del IVA aplicado sobre dicha factura.
En algunos casos tampoco se hace necesario emitir factura rectificativa cuando las cuentas sobre el cálculo del correspondiente IVA aplicado en la factura original no se han realizado correctamente. No obstante, es un tema de cierta complejidad y no es nuestro objetivo profundizar más en él.
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